“Es curioso que una rutina perfecta es el resultado de la práctica diaria imperfecta”
Un hábito es aquello que hacemos de manera constante y la cerámica está llena de procesos que con la repetición se convierten en un hábito y aunque es un proceso artesanal, está llena de procedimientos entrelazados que dependen uno de otro que lo hace un oficio con mucha ciencia, aunque no lo parezca.
Así que les contaré un poco de mi experiencia al aprender a trabajar la tierra. Yo llegué a la cerámica por Carlos; tenemos más de 15 años de estar juntos, así que aprendí mucho de él y me contagió su gusto por la cerámica, pero me tomo muuuucho más tiempo que a él, entender la cerámica.
- Entender el fracaso: cuando estas aprendiendo a hacer cerámica quieres controlar todo; el agua, la materia prima, el pigmento, el esmalte, el fuego y esto tiene una razón porque nos da un parámetro para comprender cuando las cosas no salen como las esperas, así que puedes ir dos pasos atrás y comprender qué es lo que se hizo, para esto te recomiendo que lleves un cuaderno para tus fórmulas, otro para tus curvas de horneado, así podrás comprender en donde esta el error y a la siguiente quema realizar el ajuste y sigues haciendo pruebas. Verás que, con el tiempo, tus ojos aprenderán a ver esmaltes y pigmentos “en su punto” sin tanto aparato y medición.
- Motivación: para este punto es principal que comprendas cuáles son los hábitos o los procesos qué sí disfrutas de la cerámica, los pongas en una lista e incluso en un lugar visible, si disfrutas como yo de los diferentes colores de pasta, diferentes texturas y te gusta jugar con eso entonces debes tenerlo claro, para que sea tu hilo de Ariadna, que te guíe en los momentos de oscuridad.
- Ser como somos: como cualquier proceso de aprendizaje, primero comenzamos haciendo piezas o buscamos replicar esmaltes que hemos visto, es parte de todo estudiante, pero en ocasiones olvidamos lo que nos llevo a hacer cerámica y perdemos el rumbo aprendiendo de todos y queriendo hacer todo como lo hacen los demás y con el tiempo se olvida la propuesta que queríamos hacer y no es que una propuesta tenga más valor que otra, pero siempre algo que contenga “alma” o un “sentido” personal será más fácil el camino para encontrar tu marca personal.
- Resistir: cuando estás en el proceso de entender o comprender un oficio, es necesario resistir y persistir, porque el proceso de aprendizaje lleva un tiempo, una manera de hacer esto más llevadero es compartir el proceso en compañía de otros, yo he aprendido tanto de mis maestros como de mis compañeros, la manera de trabajar el barro, sus formas de amasar, de esmaltar, de bruñir, de diseñar la pieza, así que busca un grupo de personas que te acompañen y puedas compartir con honestidad.
- Comprender qué disfrutamos: hay estudios que demuestras que la fuerza de voluntad es un punto clave en la formación de hábitos, entonces la autodisciplina es un músculo, que tienes que usar todos los días, pero no sobre usarlo. Recuerdo cuando quería tornear, retornear y poner a hornear en un solo día, quería terminar y no dejar el proceso a medias, pero eso hacía que fuera muy difícil y cansado, cuando estaba retorneando ya no tenía ni tanta fuerza ni ánimo, así que no prestaba atención al detalle y como todos habrán experimentado, perforaba floreros, me comía el piso, o desbastaba muy poco. Así que aprendí que es mejor hacer un poco todos los días y no todo en un solo día. Yo disfruto mucho tornear pero no tanto retornear, así que lo que no disfruto tanto lo dejo para los momento de más calma. Además de qué la tierra es un poco lenta así que le gusta que no la corretees. Comprender como funciona la tierra me llevo bastante tiempo =)
- Comprender los materiales: la cerámica como oficio en particular trabaja con materiales “crudos”, pigmentos que no se ven como en realidad son, esmaltes que todos son polvo blanco pero que todos tienen acabados diferentes, así que debes de establecer una relación propia con los materiales. Yo en lo personal, me encanta el color y todo lo que hace el óxido de hierro rojo, pero no me gusta pesarlo, ni me gusta formularlo, porque entonces todo se convierte en rojo y el rojo no es mi color favorito, pero los efectos que salen del horno me encantaaaan, en cambio el cobre es mi material favorito y en el horno no hay tanta sorpresa, así que conociéndolos vas creando una relación con cada uno, y así sabes qué cosas estás dispuesto a luchar por tenerlos en tu formulación. Otro ejemplos es que Carlos es muy minimalista en su formulaciones, siempre le llaman la atención las fórmulas simples con 3 ingredientes y casi siempre que formula comienza de lo más simple a lo complejo, haciendo esmaltes con intención, es otra forma de enriquecer el proceso y comprender los materiales te llevará por un camino único y muy personal.
- Visión clara: es sentido común decir que mientras más clara tengas una visión sobre algo, más fácil se va a desarrollar, cuanto mas tenemos claro el objetivo es mas sencillo llegar al final del proceso y eso genera que tu producción o desarrollo en la cerámica se simplifique lo mas posible. Así que toma el tiempo necesario para desarrollar esa visión si es que aún no la tienes o dedica el tiempo para escribirla y darle orden.
- Toma riesgos que tengan sentido: yo en lo personal creo que el mundo creativo está lleno de personas arriesgadas que probaron aquello que nunca se hizo, me pregunto quién fue el primer ceramista que agrego silicato de sodio a la pasta para hacerla líquida, un simple paso agregando un simple ingrediente que modifico todo el proceso de hacer cerámica. Así que si tienes algo en mente toma el riesgo, pero con sentido, no pruebes en una primera quema, o en toda la producción que tienes que entregar el lunes, pero sí prueba cada día en tus horneadas regulares y pon aquella pieza que no sabes qué pasará, quizás en esa prueba encuentres algo inesperadamente bello.
- Hacerlo bien y repetir: innovar siempre es bien visto, pero también hay honor en encontrar una fórmula, hacer una pieza y repetirla hasta encontrar la perfección en ese esmalte y en la pasta en el horno. Si tu eliges una pasta, un esmalte y una curva de horneado sin modificación durante un buen tiempo; puedes llegar a mejorarlo y conocer de tal manera aquellos productos y se logra algo muy bueno digno de admirar. Ahí habrás encontrado la belleza de lo cotidiano.
- Crear un sistema: en un principio estas pequeñas rutinas parecen ser insignificantes, pero pronto se acumulan y se convierten en combustible y con el tiempo no requiere tanto esfuerzo para llevarlas a cabo. Los pequeños cambios al principio parecen no tener ningún efecto hasta que logras cruzar el umbral crítico, diseña tu propio sistema de hábitos en el proceso de elaboración de cerámica.
Gracias por leer, me encantaría saber qué piensas y espero que compartir esto nos ayude a generar una comunidad que enaltezca el oficio de ceramista.
Escrito por Eidith Aguilar